El Museo del Gofio nace con la fé y la pasión de un molinero puestas en una ya Edesaparecida tradición: el puro arte de la molienda a viento y a motor.
Don Francisco Cabrera Oramas es hoy en día el único molinero activo de molina de viento con su tostado a leña que sigue paso a paso el legado que heredó de sus antepasados.
Con mucho esfuerzo y dedicación realizó su sueño y empezó a trabajar en la molina de sus padres que llevaba en desuso 60 años. A su vez, el dueño y heredero de la máquina de Tetir,
Don Casto Martínez Rodríguez, que veía cómo se deterioraba por el abandono la fábrica de sus padres y soñando y buscando durante mucho tiempo a alguien que tuviera la misma ilusión que él. Se tropezó un día viendo la televisión, a este apasionado molinero Francisco. que contaba con fervor, cómo había reactivado la molina de viento con todo su proceso, además del tostado de leña con tierra blanca que su madre le transmitió desde la infancia.
Don Casto, se sintió esperanzado al escuchar de sus amigos y conocidos cómo este joven molinero tenía también grandes dotes de comunicador y de deseos de expandir este legado, incluso translandándose hasta Fitur para dar a conocer nuestra cultura e historia del gofio.
Todo esto animó a Don Casto a proponerle que se hiciera cargo de la abandonada fábrica de su padre. No sólo le propuso levantarla, sino que confiando plenamente en él y en su sueño como molinero, dejó que hiciera lo que sentía dentro de su corazón, hasta el punto de apoyarle tanto sicológicamente como económicamente. Recuperando también un contrato, ya desaparecido, llamado contrato de medianero o contrato de plena confinza.